Historia de los barrios: Carrasco
Rincón de Carrasco nació en la época fundacional de la ciudad colonial y aquí te cuento un poco más de su historia.
Todo comienza muy tempranamente, cuando Don Sebastián Carrasco, natural de Buenos Aires, soldado; pasa a ser de los primeros vecinos pobladores de Montevideo, el 24 de diciembre de 1726.
Por este motivo es que le corresponde y recibe de Don Pedro de Millán, un solar en la nueva ciudad, en 1727 una chacra con frente al Arroyo de los Migueletes y en 1728 es agraciado con una suerte de estancia con frente a un arroyo que se llamaría “de Carrasco”, mucho más alejada de la ciudad. Tanto esta propiedad como la anterior deberían en término no mayor a tres meses tener solar edificado, tierras labradas para sementeras o plantíos, de lo contrario las perderían de acuerdo a las Leyes de Indias.
Carrasco a su vez estaba emparentado por sus hermanas: María Martina, Ignacia Javiera y Francisca Javiera casadas respectivamente con Jorge Burgues, Juan Antonio Artigas y José González de Melo, también primeros pobladores de la ciudad incipiente.
En 1744 Sebastián Carrasco y su segunda esposa Ana Pérez Bravo venden su estancia al teniente coronel y comandante de la Plaza de Montevideo Don Domingo Santos de Uriarte. Aunque luego, un siglo más tarde, en 1840, pasan a nombre del Estado. El Gobierno de la República lo autoriza a escriturar después de remate público y es adquirido por Don Juan María Pérez, esto representaba las tierras comprendidas y conocidas como: Rincón de Carrasco, Buceo y La Chacarita. Al fallecer Don Juan María Pérez y su esposa estas tierras se dividen entre sus herederos: las familias Pérez Butler, Ordeix, Pérez, Suárez Pérez y Arechavaleta Pérez.
Todo esto lo escribimos como antecedentes de la zona, pero realmente recién sobre 1889 es que un joven con visión y lucidez percibe las posibilidades de un balneario al mejor estilo europeo de la época.
BALNEARIO “VILLA DEL MAR”
Don Alfredo Arocena (1869-1947) en 1889 se graduó de Bachiller en nuestra Universidad Vieja, su padre como premio lo envío a Europa.
Entre sus recorridas estando en la ciudad balnearia de Ostende sobre el Mar del Norte pudo ver todo el esplendor que el lugar implicaba, comenzó a ver el centro cosmopolita y aristocrático que allí se creaba. Comenzó a pensar entonces que si esto se podía hacer sobre el Mar del Norte, podría traspolarlo a nuestras costas con rubias arenas y playas que se extienden desde Montevideo a la Laguna Merín. Pero en el caso concreto desde Ramírez al arroyo Carrasco.
¿Por qué no crear un balneario como aquel, con hermosas villas, sendas arboladas, hoteles lujosos, lugares de diversión, paseo y descanso?
Fue entonces que esa idea comenzó a trabajar en su mente e imaginar un sinfín de pormenores. Sería, la zona, el primer caso en la historia del Uruguay que un planeamiento urbano va a ser diseñado por iniciativa privada.
Fue que sobre 1906 comenzó junto a Don Esteban Elena y Don José Ordeig la formación de la sociedad anónima “Balneario de Carrasco”.
En esa misma época se comenzaron a adquirir los primeros lotes, los que fueron 32 en un comienzo de grandes dimensiones, con un promedio de 50 hectáreas.
La tarea a emprender no sería nada fácil, la zona no era tan apta como parecía ya que habría que sortear obstáculos naturales tales como grandes arenales y dunas y abrirse paso entre bañados. Por lo tanto lo primero que hubo que hacer fue desecar los bañados (no fácil tarea), desmontar médanos y realizar una grande y amplia nivelación.
Poco a poco se fue convirtiendo en pequeños bosquecillos, sendas y alguna que otra villa señorial y no tanto.
Pero ya había otros que más al norte comenzaron una tarea de forestación, tal el caso del Sr. Durandeau (hoy Parque Rivera) y el establecimiento que se trasformaría en vitivinícola del Sr. Andrés Mendizábal.
Estos emprendimientos ayudaron para poder delinear el acceso a la zona que se convertiría en balneario.
NUEVO CARRASCO
Fue el paisajista francés Charles Thays, por entonces director del Jardín Botánico de Buenos Aires, el encargado de realizar el proyecto del trazado definitivo del amanzanamiento, calles y plazuelas del nuevo emprendimiento.
Junto a la tarea de Thays se realizaba la desecación de los bañados, el desmonte de los médanos y la nivelación. Tarea nada fácil lo de los niveles, para lo que se contó con la competencia del Ing. Federico E. Capurro, quien también realizó el estudio del saneamiento.
También Capurro se encargó de la pavimentación de varias calles, entre ellas la principal Avda. Juan Ferreira que comenzaba en lo que conocemos hoy como Portones. Llevó a cabo la construcción de la rambla y sus muros de contención, canteros centrales y decoración.
Fue el propio Arocena quien mandó hacer las esculturas de mármol de Carrara, tomadas de las originales de Europa, las que hasta hoy embellecen los canteros centrales de la rambla y del entorno del hotel.
El agua potable tuvo que llegar al balneario, esto trajo como consecuencia que el agua apareciera en otras zonas que carecían de ella. En estas zonas pasaron las cañerías y así se les dio agua a las avenidas General Flores (donde debía hacerse la conexión), caminos Industria, Monte Caseros, el cruce por la Villa de la Unión, Camino Carrasco y Juan Ferreira (hoy Arocena) hasta la zona de la costa. Otra de las obras fue la construcción de los monumentales portones de acceso al balneario por la Avda. Juan Ferreira (Arocena).
El comienzo de la construcción de un gran Hotel-Casino era otro de los compromisos de los creadores. En 1912 quedaron habilitados a establecer los juegos de azar, pero era 1915 y el hotel estaba aún sin terminar. Fue vendido al Municipio de Montevideo que lo inauguró oficialmente el 4 de febrero de 1921.
La crisis provocada por la Primera Guerra Mundial fue un fenómeno que afectó la economía de los creadores. Pero entre 1918 y 1923 comenzaría lentamente el desarrollo del balneario que hasta el día de hoy no ha parado. .
AL NORTE DE CARRASCO
Arocena Fernando García nació en Montevideo en 1887, tuvo una importante actuación pública en la parte política y además era un gran comerciante. En 1943 Fernando García realiza un testamento en el cual deja a la Intendencia de Montevideo todos los bienes modales: la finca, el chalet, las caballerizas con sus caballos de tiro, ponis de raza (ingleses) y la cochera con su colección de carruajes. Fallece en 1945 en Montevideo.
Parque y Museo del carruaje y el transporte Fernando García
El museo se encuentra en Camino Carrasco al 7254, entre Camino Servando Gómez y el arroyo Carrasco, frente al Carrasco Polo Club. Por su chalet, caballerizas, cocheras y su parque es una de las residencias antiguas y destacadas de la zona.
Por el año 1930 Fernando García compra a Francisco Piria 9 hás. y más tarde 9 más. Quedando entonces la casa quinta con 17 hás. con costas sobre el arroyo Carrasco. El paisajista Charles Racine fue el encargado de delinear el Parque, las avenidas de palmeras y pinos. Pasaría a ser la casa de fin de semana y vacaciones de la familia.
En este Museo todos los carruajes son de tracción a sangre, solamente hay un auto Ford que era usado por Fernando García. Destacamos dentro de la colección: varios vehículos de transporte colectivo, uno construido en Inglaterra de 1884 con el escudo del Correo Real Inglés. Un Break de Chaisse francés de 1884 con capacidad para 12 pasajeros, otro italiano de 1897 utilizado exclusivamente para excursión de caza con un entrepiso con compuerta para la salida rápida de los perros, con depósito de armas a ambos lados de los asientos.
Debemos saber también que en el lugar se restauran, se hace el mantenimiento y se realizan réplicas en los propios talleres.
Realmente hay mucho para contar, pero lo recomendable es visitarlo, no se arrepentirán. ¡Harán un gran descubrimiento!
Espero que este artículo sobre uno de los barrios más pintorescos de nuestra ciudad te haya gustado. ¡No te pierdas mis próximos artículos para seguir descubriendo la maravillosa historia que se esconde en cada rincón de Montevideo!