Hábitos de autocuidado
¿Qué entendemos por «autocuidado»? Se trata de la capacidad que tenemos las personas y las comunidades para promover y mantener la salud, concebida en todas sus dimensiones, así como la prevención de enfermedades.
Las principales prácticas de autocuidado incluyen la alfabetización en salud, el bienestar mental, la actividad física, la alimentación saludable, la limitación de hábitos negativos (como fumar o consumir exceso de alcohol), las condiciones de vida y el uso responsable de medicamentos de venta libre, entre otros.
Autocuidado emocional
Una buena forma de comenzar con los hábitos de autocuidado puede ser trabajar sobre nuestras propias emociones. ¿Cómo nos escuchamos? ¿Cómo gestionamos lo que sentimos? ¿Qué herramientas utilizamos para autorregularnos? Para saber cómo cuidarse emocionalmente, te invitamos a leer nuestro blog.
Autocuidado intelectual
¿De qué maneras estimulamos a nuestro cerebro? ¿Cómo podemos ejercitar nuestra mente para contrarrestar los efectos del envejecimiento? El cerebro es como un músculo que se debe ejercitar continuamente para mantenerlo activo y lúcido, y como el resto de los músculos puede ser fortalecido con ejercicio, descanso y juegos. Si no usamos nuestro cerebro, va perdiendo su ritmo de trabajo. Para conocer cómo podemos incrementar nuestra agilidad mental, compartimos dos artículos fundamentales: Lleva tu cerebro al gimnasio y Juega con tu mente para ejercitarla.
Autocuidado físico
Para mantenerse saludable y activo, es crucial incorporar actividades físicas adecuadas a nuestra rutina diaria. Aunque las capacidades físicas pueden cambiar con el tiempo, existen muchas opciones que se adaptan a las necesidades y limitaciones propias de cada etapa de la vida. En este artículo, compartimos algunas ideas para que comiences a ejercitarte poco a poco.
La alimentación es uno de los pilares del autocuidado físico porque nos puede ayudar a preservar la salud. Para mantener una alimentación saludable, es necesario contar con una ingesta de alimentos equilibrada, que varía según las características de cada persona (edad, sexo, estilo de vida y grado de actividad física). Sin embargo, los principios básicos para lograr este equilibrio son los mismos para todos.
- Aumentar y equilibrar el consumo de cereales integrales, hortalizas, frutas, legumbres, frutos secos y proteínas magras.
- Tomar agua potable como principal bebida de hidratación.
- Disminuir el consumo de azúcares refinados que se utilizan en la preparación de alimentos, es decir, no están presentes naturalmente en los alimentos.
- Disminuir grasas saturadas y la ingesta de sodio, ya que es el principal factor de riesgo para desarrollar hipertensión.
El buen descanso también es un factor clave para alcanzar un estado de bienestar y salud. Dormir bien puede ayudarnos a mejorar la concentración, reducir el estrés y mejorar nuestro estado de ánimo. Aquí te dejamos algunos consejos que te ayudarán a dormir mejor.
Autocuidado social
Mantenernos en contacto con otras personas es fundamental para nuestra felicidad. Nos ayuda a no sentirnos solos. En este sentido, las propuestas de recreación y paseos son actividades que tienen múltiples beneficios, tanto para la salud física como en la salud mental, porque son actividades que nos permiten salir de la rutina, entablar nuevas amistades, además de reducir el estrés y la ansiedad.
Si bien contemplar cada una de las facetas del cuidado personal pude resultar abrumador en un principio, no se trata de abordarlo todo al mismo tiempo. Cuando hablamos de hábitos de autocuidado, debemos planificar y ponernos pequeñas metas a corto plazo para poder alcanzarlos, poco a poco.